La gran estafa de la presión arterial alta: ¿cómo ha sido engañado durante tantos años?
📝 HISTORIA EN BREVE
Las tasas de hipertensión (presión arterial alta) siguen creciendo año tras año
Por lo menos, el 25 % de los diagnósticos de hipertensión se relacionan con la falta de precisión de las lecturas
En más del 90 % de los casos, no se determina la causa exacta de la hipertensión
Se cree que utilizar tratamientos agresivos para controlar la presión arterial ayuda a evitar las enfermedades cardiovasculares, sin embargo, la realidad es que este enfoque solo produce un efecto limitado en el riesgo de derrame cerebral, y no afecta en nada el riesgo de enfermedades cardíacas
Existe una confusión sobre la relación entre la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, ya que son los problemas de circulación los que alteran la presión arterial, y no al revés
En este artículo, le diré todo lo que la medicina convencional no quiere que sepa, incluyendo la causa real de la hipertensión
🩺 Por Midwestern Doctor, autor invitado
Desde que tuve mi primer contacto con el campo de la medicina, había algo en el enfoque convencional sobre la presión arterial que no me terminó de convencer. Al poco tiempo, noté que las lecturas de presión arterial de mis conocidos (por ejemplo, familiares, pacientes, amigos) variaban bastante. Eso me llamó mucho la atención, y entonces un día uno de mis grandes mentores me dijo que el paradigma médico convencional se enfoca en la presión arterial1 porque es mucho más fácil de medir que la perfusión sanguínea (circulación saludable).
Luego, me familiaricé más y más con el campo de la medicina convencional y encontré un patrón consistente: un medicamento se utiliza para tratar cierto umbral, pero, después de un tiempo, se cambian las recomendaciones para reducir más y más ese umbral, lo que incrementa el número de diagnósticos.
Hace poco, di un ejemplo sobre esto cuando dije que una vez que las estatinas llegaron al mercado (que a diferencia de sus predecesoras, sí ayudaban a controlar los niveles de colesterol), cambiaron las recomendaciones para reducir los niveles aceptables de colesterol, lo que provocó que en poco tiempo cada vez más personas tomaran estatinas porque les decían que, de no hacerlo, morirían a causa de un infarto, cuando se sabe que el beneficio de este tipo de medicamentos en el riesgo de mortalidad es casi nulo (en el mejor de los casos, tomarlas durante cinco años ayudará a una persona a vivir de 3 a 4 días más2) y causa efectos secundarios (que suelen ser graves) en casi el 20 % de las personas que las utilizan.
Y dado que tantas personas fueron víctimas de la estafa de las estatinas, muchos comenzaron a alzar la voz al respecto, como fue el caso del comediante Jimmy Dore:
Aunque parece increíble que hagan estas recomendaciones, este tipo de directrices forman parte de las estrategias de mercadeo de la industria farmacéutica y son el resultado de la corrupción de las autoridades de salud pública. Asimismo, sucedió algo muy similar con la presión arterial, y de eso le hablaré en este artículo.
¿Qué dice la medicina convencional sobre la presión arterial?
Los vasos sanguíneos son estructuras elásticas llenas de líquido, lo que hace que se produzca la presión. Por lo general, la presión arterial se mide al determinar cuánta fuerza externa se necesita para superar la presión de la arteria y comprimirla, de modo que la sangre ya no fluya a través de ella.
La hipotensión (presión arterial baja) impide que la sangre llegue a las zonas donde se necesita, pero en el campo de la medicina convencional, este problema de salud no recibe tanta atención como la hipertensión (presión arterial alta). Según el modelo actual, esto se debe a que la hipertensión puede tener consecuencias más graves, incluyendo las siguientes:
• La hipertensión debilita los vasos sanguíneos, lo que hace que tengan mayor probabilidad de romperse y desarrollar fugas. Por esta razón, en las salas de emergencia se enfocan en reducir la presión arterial de los pacientes que llegan con síntomas de "crisis hipertensiva", como dolor de cabeza intenso y una presión arterial demasiado alta.
Del mismo modo, cuando se rompe un vaso sanguíneo crítico (por ejemplo, la aorta), una vez que se confirma el sangrado, lo primero que hacen para controlar el problema es reducir la presión arterial del paciente (para que no salga tanta sangre) y luego lo remiten al quirófano.
• La hipertensión, como su nombre lo dice, causa tanta tensión que daña las arterias, lo que provoca que el revestimiento de los vasos se deteriore e incremente el riesgo de aterosclerosis.
• La hipertensión daña los órganos internos (que se conoce como daño a los órganos terminales), lo que causa una insuficiencia prematura y muerte temprana (por ejemplo, por infarto o insuficiencia renal).
Por todas estas razones, la hipertensión se considera una de las causas subyacentes de las enfermedades cardíacas, la buena noticia es que puede prevenirse, y ese debe ser uno de los enfoques principales de su médico en cada chequeo que le realice. Por desgracia, no es tan simple como parece, y estas justificaciones están llenas de fallas.
El problema de la variabilidad de la presión arterial
La presión arterial (PA) varía mucho, sobre todo en la periferia, que es donde suele analizarse. Esta variabilidad, de alrededor de 14 puntos3, puede provocar un diagnóstico erróneo de hipertensión y un tratamiento inadecuado a base de medicamentos, lo que puede reducir demasiado la presión arterial y causar hipotensión. Una forma común de este diagnóstico erróneo se conoce como "hipertensión de bata blanca", que es cuando la presión arterial incrementa de forma temporal debido al estrés que causan las visitas al médico.
Y este es el caso del 15 % al 30 %4 de los pacientes que se diagnostican con hipertensión. Según las directrices, deben realizarse varias lecturas para confirmar la hipertensión, incluyendo un monitoreo doméstico, pero no es algo que sea haga muy a menudo.
También hay muchos casos de errores de medición, como utilizar un brazalete del tamaño incorrecto o no considerar la diferencia de presión arterial en cada brazo.5 Se estima que hasta el 25 % de los diagnósticos de hipertensión no son correctos.6 Además, la correlación entre la presión arterial periférica (en las extremidades) y la presión arterial central (dentro de la aorta) es muy baja.
La lectura de la presión arterial central, que es la que más se relaciona con las enfermedades cardiovasculares, puede ser muy diferente a la lectura de la presión arterial periférica (brazo). Además, hay varios medicamentos para la presión arterial que afectan de forma diferente la presión arterial central y periférica, lo que hace que sea más difícil obtener un diagnóstico preciso.
Factores que afectan la presión arterial
Pongamos como ejemplo cuando un fluido a cierta presión trata de moverse a través de un tubo, si el tubo se contrae, la presión incrementa (por ejemplo, en las paredes del tubo), pero si el tubo se agranda, la presión disminuye. Así el cuerpo controla la dirección de la sangre a través de la frecuencia cardíaca y las arterias, lo que le permite llevarla a los lugares donde más se necesita.
Esto significa que la presión arterial es el resultado de dos factores: la cantidad de sangre que circula en las arterias y el modo en el que responden las arterias, es decir, si se contraen o se relajan.
Nota: La presión arterial se mide en lugar de la presión venosa porque las venas se comprimen mucho antes que las arterias, y solo la sangre de las arterias tiene la onda pulsátil que se crea por los latidos del corazón.
Cada latido del corazón empuja la sangre hacia las arterias y, por lo tanto, incrementa la presión dentro de ellas, y es por eso que existen dos valores de presión arterial diferentes: la presión basal (que se conoce como presión diastólica o PAD) y la presión que se produce cuando el corazón se contrae (que se conoce como presión sistólica o PAS).
Por ejemplo, en un valor de presión arterial de 140/90, el primer número representa el máximo y el segundo, el mínimo.
Nota: Una vez que los vasos regresan a su tamaño normal, que es cuando la presión sistólica disminuye, ese retroceso hace circular la sangre.
Los medicamentos para la presión arterial funcionan de la siguiente manera:
Relajan las paredes arteriales
Reducen la cantidad total de sangre en circulación
Debilitan la contracción del corazón
Las causas de la hipertensión
La mayoría de los casos de hipertensión (90 % al 95 %)7 son lo que se conoce como "hipertensión esencial o primaria", que es una forma elegante (que rara vez se cuestiona) de decir "hipertensión sin causa conocida". Sin embargo, aquí lo más preocupante es que la medicina convencional acepte el hecho de que no se conozca la causa de la mayoría de los casos de hipertensión.
Por esa razón, casi siempre culpan a la "sal", a pesar de que una revisión profunda sobre este tema8 descubrió que la estrategia de minimizar el consumo de sal reduce la presión arterial en menos del 1 %.
El resto de las personas (5 % al 10 %) se diagnostican con hipertensión secundaria, que se relaciona con un menor flujo sanguíneo a los riñones9 (lo que hace que el cuerpo active una señal para incrementar la presión arterial porque cree que no hay suficiente perfusión sanguínea), apnea del sueño10 o un tumor raro11 que libera una hormona que incrementa la presión arterial.
Dado que la causa de la mayoría de los casos de hipertensión no es clara, la medicina convencional se enfoca en factores de riesgo como la edad, la diabetes, el consumo de sal, la obesidad, el estrés y los antecedentes familiares.
Nota: En lugar de tomar medicamentos durante todo la vida, curar la hipertensión puede ser tan simple como controlar la ansiedad.
La relación entre la aterosclerosis y la presión arterial
Muchos de mis colegas también comenzaron a dudar del modelo convencional de la presión arterial después de notar que los problemas circulatorios y el incremento en la presión arterial suelen ocurrir al mismo tiempo, y no como resultado del daño a largo plazo.
Esto nos llevó a concluir que la hipertensión podría ser una respuesta para compensar los problemas en el flujo sanguíneo, algo similar a lo que sucede en los riñones cuando no reciben suficiente sangre. Hay muchos factores que respaldan esta conclusión:
1. Endurecimiento de las arterias: cuando las arterias se calcifican ya no se expanden como deberían, lo que provoca que no liberen toda la presión que hay dentro, y eso puede causar hipertensión.
2. Falta de precisión en las lecturas: los manguitos de presión arterial proporcionan lecturas exageradas por las arterias endurecidas, sobre todo en las personas con aterosclerosis grave,12 lo que produce lecturas más altas de lo que en realidad son (ya que las arterias endurecidas necesitan más presión para comprimirse).
3. Disfunción endotelial: el revestimiento de los vasos sanguíneos libera óxido nítrico para dilatar los vasos y reducir la presión. Cuando no funciona de forma correcta,13 se produce aterosclerosis e incrementa la presión arterial, lo que sugiere que el problema subyacente se relaciona con la salud endotelial, y no con la hipertensión en sí.
4. Reflejo simpático: cuando el cuerpo pierde demasiada sangre,14 un reflejo incrementa la frecuencia cardíaca, lo que provoca que se estrechen los vasos sanguíneos para elevar la presión arterial, que es una respuesta común en este tipo de situaciones críticas.
Todo esto sugiere que la hipertensión podría ser más un síntoma que una causa subyacente.
La influencia del potencial zeta en la presión arterial
El potencial zeta es un componente fundamental de la salud que cuantifica la diferencia de carga eléctrica entre las partículas coloidales en un líquido. Cuando hay suficiente potencial zeta, esas partículas permanecen separadas, pero cuando algo no anda bien, se agrupan. Muchos agentes peligrosos (como el aluminio, la proteína spike y los microbios dañinos) alteran el potencial zeta, lo que provoca que las células sanguíneas se aglomeren y se produzcan microderrames cerebrales.
Muchos sistemas de la medicina reconocen este proceso (por ejemplo, la medicina china tiene el diagnóstico de estasis venosa,15 que es un problema de salud casi idéntico al síndrome de hiperviscosidad,16 un concepto que, según muchos investigadores occidentales, es una causa subyacente de la enfermedad) que puede detectarse con facilidad a través de un examen apropiado (por ejemplo, hay muchos déficits neurológicos que se relacionan con microderrames cerebrales que pueden detectarse con un examen apropiado).
Además, el síndrome de hiperviscosidad puede incrementar la presión arterial al:
Bloquear la circulación, lo que incrementa la presión (ya que la sangre choca con las paredes arteriales en lugar de ir hacia adelante).
Enviar la señal al cuerpo para que incremente la presión arterial con el fin de mover la sangre.
Estirar los vasos sanguíneos más pequeños, lo que incrementa la presión (y al mismo tiempo "endurece" las arterias porque la sangre viscosa crea más resistencia a la compresión que las células sanguíneas dispersas).
Para darse una idea más clara: los investigadores que se especializan en este tema 17 afirman que las arterias pequeñas (por ejemplo, las de los ojos) se estiran a causa de la resistencia que se crea.
Además, observaron que una vez que se forma la viscosidad, la acumulación de presión provoca que el plasma (el componente no celular de la sangre) comience a filtrarse hacia los tejidos, lo que causa problemas como edema (inflamación). Esto provoca que la sangre restante se concentre más en esta viscosidad.
Nota: Una vez que se relacionó el concepto de potencial zeta con este fenómeno, se observó18 que, al igual que otros coloides, si se ralentizara su movimiento, las células sanguíneas se agruparían y las obstrucciones se harían cada vez más grandes. Esto podría ser una de las razones por las que la falta de movimiento y ejercicio son tan dañinas para la salud cardiovascular.
Si bien el problema principal de la acumulación de sangre es que afecta los vasos más pequeños y causa lesiones similares a los microderrames cerebrales, también afecta los vasos más grandes al obstruir los vasa vasorum,19 que son los vasos sanguíneos pequeños que nutren las arterias. Cuando se interrumpe el suministro de sangre a los vasa vasorum, muere el revestimiento endotelial de la arteria,20 lo que causa hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
Nota: El movimiento ayuda a romper la acumulación de viscosidad, y esa podría ser una de las razones por las que la falta de movilidad se relaciona con las enfermedades cardíacas.21
Los investigadores también creen que un potencial zeta bajo se relaciona con la aterosclerosis, y descubrieron que restaurarlo es una de las formas más efectivas de normalizar la presión arterial (y tratar las enfermedades cardíacas).
En 2019, un estudio22 confirmó esta postura. El estudio consistió en comparar el potencial zeta de 64 pacientes de hipertensión con 50 controles, y encontró que el grupo de control tenía un potencial zeta promedio de -23.39 mV, mientras que los pacientes con hipertensión tenían un potencial zeta de -16.06 mV, y los pacientes con infarto (IM) tenían un potencial zeta aún peor.
Nota: -10 mv a -15 mv es el umbral en el que las células sanguíneas comienzan a acumularse, mientras que -16 a -30 mv es el nivel de dispersión en el que las células pueden coagularse de forma rápida en caso de ser necesario (por ejemplo, debido a una lesión arterial).
De la misma manera, cuando se analizó su sangre, se observó una acumulación mucho mayor.
Nota: El equivalente de este proceso en la medicina china (que se conoce como estasis vascular) también se correlaciona con la hipertensión.
No hay suficiente evidencia que confirme que la hipertensión sea la causa de las enfermedades cardíacas
Muchos relacionan la hipertensión con las enfermedades cardíacas, los problemas vasculares graves, como derrame cerebral, y daños en los órganos cuando la presión incrementa demasiado (por ejemplo, PAS superior a 200). No obstante, hay poca evidencia que demuestre que estos pequeños incrementos en la presión arterial causen problemas.
Más bien, esta idea surge del estudio de Framingham,23 que estableció una relación lineal entre la presión arterial y el riesgo de muerte, lo que implica que reducir de forma continua la presión arterial se relaciona con un menor riesgo de mortalidad.
Este estudio está detrás de gran parte de la confusión con respecto a la hipertensión, que incluye las recomendaciones que cambian a cada rato para bajar el umbral de presión arterial, así como la calculadora de riesgo de enfermedad cardiovascular que todos utilizan para justificar el gran número de prescripciones (pero que se sabe sobrestima el riesgo de morir en un 600 %24).
No solo eso, sino que este paradigma tiene otros problemas importantes, incluyendo los siguientes:
• No hay presión arterial óptima: se sabe que una presión arterial sistólica inferior a 90 es peligrosa, pero el modelo sugiere reducirla más y más. De hecho, esta información la confirmaron los NIH.26
• Las relaciones biológicas rara vez son lineales.
• No hay evidencia suficiente: no existe evidencia27 que respalde la afirmación de que reducir la presión arterial, digamos de 100 a 90, produzca algún beneficio.
• Datos erróneos: un análisis de los datos de Framingham que se realizó en el 2000 demostró que el impacto de la presión arterial en la mortalidad no es lineal.28 En cambio, el riesgo sólo incrementa de forma exponencial después de superar un umbral, que casi siempre sucede cuando la presión arterial supera entre el 70 % y el 80 % de lo que es normal según la edad y el sexo.
Nota: cuando se publicó este artículo (del que nadie habla),29los umbrales de presión arterial convencionales no eran tan bajos como ahora.
Después de que se publicó el artículo, lo ignoraron durante mucho tiempo, pero al fin recibió una respuesta30 (lo que demuestra una vez más que los dogmas médicos tienen mucho más peso que la evidencia que los refuta):
"El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) de los Institutos Nacionales de Salud emitió una declaración con respecto a los hallazgos de Port en la que dice que 'aunque hubo ciertos puntos que llamaron nuestra atención, después de una revisión cuidadosa de este estudio, el NHLBI considera que no ofrece una evidencia sólida para cambiar las directrices actuales sobre la hipertensión'".
Hay otro estudio31 que analizó datos de 415 980 pacientes que se obtuvieron a través de sus registros médicos electrónicos, que demuestra que el umbral de presión arterial que recomienda la medicina convencional es peligroso:
Nota: Además de que una PAS por debajo de 130 incrementa bastante el riesgo muerte, este estudio también encontró que una presión arterial diastólica (PAD) por debajo de 80 (que es un nivel que se alcanza cuando se toman medicamentos para la presión arterial) provocó que los pacientes tuvieran un riesgo de mortalidad entre un 8 % y 19 % mayor.
Además, otro estudio32 que involucró a 800 adultos de edad avanzada (alrededor de 60 años) descubrió que una PAD por debajo de 80 incrementó el riesgo de muerte de los participantes entre un 90 % y un 190 %, mientras que una PAS por debajo de 120 se relacionó con un mayor riesgo de muerte.
Por último, dado que es mucho más común que las personas tengan un ligero incremento en su presión arterial, y no un incremento marcado, cada vez que se reduce el umbral de presión arterial, más personas se ven obligadas a tomar estos medicamentos, sobre todo las personas de edad avanzada (ya que su presión arterial suele incrementar para compensar el deterioro que se produce en la salud de su sistema arterial).
Esta es la verdadera razón por la que hay tantos diagnósticos de hipertensión, ya que se utiliza el modelo lineal que se sabe es muy poco preciso.
Y las tasas de esta enfermedad crecieron mucho más cuando el umbral se redujo de 140 a 130 (que es lo que sucedió en 2017). Por ejemplo, el 77 % de los adultos mayores de 64 años y el 79 % de los adultos mayores de 74 años están dentro de este umbral.
¿Qué dicen los estudios sobre la mortalidad?
A pesar de lo que muchos piensan, hay poca evidencia que demuestre que reducir un nivel de presión arterial que está un poco más elevado de lo normal, mejore la supervivencia. De hecho, estudios sólidos demuestran que el beneficio es mínimo.
En 1973, un estudio a gran escala que se realizó en el Reino Unido y que involucró a 17 354 participantes33 con presión arterial un poco alta (promedio de 158/98 en hombres y 166/99 en mujeres), comparó los betabloqueadores, diuréticos y placebos con el fin de confirmar que reducir la presión arterial ayuda a prevenir un infarto. No se encontraron diferencias significativas en las tasas de eventos coronarios ni en las tasas de mortalidad entre los grupos.
El único beneficio que se consideró importante fue una ligera reducción en el riesgo de derrame cerebral (es posible que solo los hemorrágicos), pero hubo muchos efectos secundarios que provocaron que el 25 % de los participantes abandonaran el estudio.
Después de este ensayo, el término "enfermedad cardíaca" cambió a "enfermedad cardiovascular" para confundir a las personas y que crean que el tratamiento de la presión arterial ayuda a prevenir los infartos, cuando el único beneficio es una pequeña reducción en el riesgo de derrame cerebral.
En 2009, una revisión de Cochrane34, y luego una revisión que se realizó en el 2020,35 encontraron que reducir la presión arterial sistólica (PAS) por debajo de 135 (a diferencia de 140) produjo un beneficio mínimo. De hecho, los daños, que incluyen daño renal, casi siempre superaron los beneficios.
Conclusión
Como siempre, la industria farmacéutica tenía mucha prisa por comercializar sus medicamentos para reducir la presión arterial, y para hacerlo solo se basaron en unos cuantos estudios a corto plazo, pero jamás demostraron los beneficios a largo plazo. Con el tiempo y sin evidencia sólida, el umbral se redujo cada vez más, lo que provocó que más personas, sobre todo de edad avanzada, tuvieran que recurrir a estos medicamentos. En Estados Unidos, alrededor de 60 millones36 de personas (23 %) toman estos medicamentos, pero las personas de edad avanzada son las más vulnerables debido a que sufren de calcificación arterial, la cual provoca que baje su presión arterial.
La buena noticia es que ya hay muchos médicos que abrieron los ojos y que notaron que el paradigma actual de la hipertensión tiene muchas fallas; por lo tanto, ya no solo se enfocan en la presión arterial y sus medicamentos, sino que analizan el panorama completo en busca de la causa subyacente. Por esa razón, ahora tengo la esperanza de que podemos crear conciencia pública sobre los peligros del enfoque actual para diagnosticar hipertensión.
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